CONTENIDOS
¿Puede una plantilla retro cambiar tu futuro? María Jesús Jiménez y el arte de rediseñar el cuerpo humano
Estamos en julio de 2025 en Madrid, donde el calor aprieta pero los pasos siguen marcando el ritmo de la ciudad. En un rincón discreto cerca de Atocha, una consulta pequeña guarda un secreto que puede cambiar la forma en que caminas, te mueves y hasta cómo te sientes contigo mismo. Porque no se trata solo de pies: el estudio pisada y plantillas es, en manos de María Jesús Jiménez, una herramienta casi mágica que transforma dolores en libertad, rigidez en movimiento, y fatiga en equilibrio. Todo empieza por donde empieza el cuerpo: abajo, en la raíz.

Con una mezcla extraña de ciencia rigurosa y sensibilidad artística, María Jesús convierte cada sesión en una expedición al interior del cuerpo. Su especialidad, el estudio pisada y plantillas, no es un trámite técnico ni un simple molde de silicona. Es la lectura profunda de una historia corporal escrita con huesos, tejidos y hábitos. Como una restauradora que devuelve el alma a una escultura antigua, esta profesional estudia cómo pisas para ayudarte a avanzar, no solo en lo físico, sino en todo lo que implica moverse mejor por la vida.
La historia de María Jesús Jiménez no empieza en el gimnasio ni en una clase de yoga, sino en los pies. Y no cualquier pie, sino ese que usamos para caminar, para sostenernos, para huir o para bailar cuando nadie mira. Es decir, el pie como origen del universo corporal.
El pie como máquina perfecta y portal al equilibrio
Hace tiempo, en una de esas clínicas que huelen a alcohol y esperanza, María Jesús se pregunta por qué algunas personas caminan como si arrastraran la vida. Descubre pronto que el pie es una especie de códice renacentista, una máquina precisa que, como los diseños de Leonardo da Vinci, depende de la armonía de sus partes para funcionar.
Ahí empieza todo. El estudio de la pisada, como si se tratara de descifrar un manuscrito antiguo. María Jesús observa, analiza, mide. Y crea plantillas, sí, pero no esas genéricas que venden en farmacias. No. Ella hace moldes biomecánicos que parecen piezas sacadas de un laboratorio futurista, pero con la elegancia de un zapato hecho a medida en un taller parisino de los años veinte.
“Tus pies saben más de ti que tu horóscopo”, me dice entre risas. Y lo creo.
Cuando el movimiento se vuelve medicina
Lo que distingue a esta mujer de otros profesionales es su doble alma. María Jesús Jiménez también es fisioterapeuta, lo que significa que no se queda en los pies. Suben sus manos por la espalda, llegan al cuello, estudian las articulaciones como un lector voraz devora libros. El cuerpo, para ella, no es una suma de huesos y músculos, sino una sinfonía que hay que afinar.
Pero la música no es solo física. El método Feldenkrais, del que María Jesús es profesora y doctora, propone una idea poderosa: mejorar el cuerpo a través de la conciencia. No se trata de estirarse más, sino de sentir más. Como afinar una guitarra sin cambiar las cuerdas.
En hospitales como La Paz o el Príncipe de Asturias, estudia cómo el equilibrio y la sensibilidad están más conectados de lo que creemos. En sus clases —ahora también online—, enseña a personas normales a moverse como si fueran extraordinarias. Personas que han olvidado cómo era caminar sin dolor, agacharse sin miedo, girar sin chirriar.
Diabetes, obesidad y la ciencia del ejercicio bien hecho
Otra de sus pasiones —si es que no son todas una sola— es la investigación. María Jesús no se contenta con la consulta, ni con la enseñanza. Es de las que van a congresos, escriben papers, se plantan en Harvard con una sonrisa y una tesis bajo el brazo.
Allí ha hablado sobre neuropatía diabética, equilibrio y disfunción vestibular. No suena sexy, pero imagina poder evitar una caída que te puede cambiar la vida. Imagina un ejercicio tan bien pensado que no solo mejora tu salud, sino que previene males futuros. Es como viajar al futuro en zapatillas de andar por casa.
También ha desarrollado programas personalizados de ejercicio físico para personas con diabetes u obesidad. Aquí no hay pastillas milagrosas, ni retos de Instagram, ni frases de taza de desayuno. Hay ciencia, atención y una comprensión profunda del cuerpo y sus ritmos.
“Moverse bien no es un privilegio, es una forma de respeto hacia uno mismo”, me dice. Y me deja pensando.
Publicaciones que brillan como planos olvidados de Tesla
María Jesús no alardea de su currículum, pero si escarbas un poco, te encuentras con joyas académicas que harían palidecer a más de un catedrático. Su artículo sobre el “Gouty Tophy” suena más a banda de punk que a publicación médica, pero ahí está, en Dermatology Open Journal. Como si alguien hubiera metido ciencia en una botella y la hubiera lanzado al mar esperando que alguien, en otro siglo, la recogiera.
Sus comunicaciones orales en jornadas de podología o sus trabajos sobre el hallux limitus funcional son, en realidad, mapas del tesoro. Cada uno revela algo sobre el cuerpo que aún no sabíamos o no queríamos ver.
“El cuerpo humano es el primer robot que aprendió a sentir”, me suelta en un momento. Y me vuelve a dejar sin palabras.
Feldenkrais, vintage y futuro en una misma sala
Las sesiones de Feldenkrais, ya sea en su consulta en Madrid o a través de Zoom, son algo entre ritual y ciencia. Gente común, tumbada en el suelo, moviéndose despacio, casi con pereza. Pero lo que ocurre ahí no es pereza, es precisión. Es la lentitud del reloj antiguo que no se atrasa jamás.
El método parece salido del pasado, y sin embargo apunta a un futuro donde la rehabilitación será tan sutil como eficaz. Imagínalo integrado en un exoesqueleto, en un robot de asistencia, en una coreografía de inteligencia artificial. Todo empieza con un pequeño movimiento de hombro o cadera. Como quien aprende de nuevo a caminar, pero esta vez con la conciencia despierta.
“Tu postura es tu historia escrita con huesos”
No hay nada más retro que caminar bien y nada más futurista que moverse sin dolor. En ese cruce imposible vive María Jesús Jiménez, haciendo que cada consulta suya sea una expedición arqueológica hacia la raíz del dolor.
Sus plantillas no son solo soporte. Son una forma de reescribir la historia corporal. Sus programas de ejercicio no son rutinas. Son caminos hacia la libertad. Y sus clases de Feldenkrais no son terapias. Son conversaciones con uno mismo.
“Lo más moderno que puedes hacer es conocerte a ti mismo”
¿Cómo saber si necesitas una plantilla o una clase de Feldenkrais? Fácil: escucha a tu cuerpo. Si cruje, si se queja, si no te deja dormir o te hace andar raro… probablemente ya tienes la respuesta.
Puedes encontrarla en Calle General Lacy 4, Madrid, o incluso contactar por WhatsApp al 629 24 21 89. Su consulta está cerca de Atocha, pero también a un clic si prefieres las sesiones online. Hay un formulario sencillo en su sitio web oficial si eres más de escribir que de llamar.
¿Y si el futuro de la salud empezara por tus pies?
¿Es posible que la medicina más avanzada del mañana consista en moverse mejor hoy? ¿Que una plantilla personalizada pueda ser más efectiva que una operación? ¿Que aprender a girar la cabeza suavemente pueda prevenir una caída dentro de diez años?
Lo curioso es que, en el mundo de María Jesús Jiménez, la respuesta no viene de una app ni de un laboratorio futurista, sino de ese viejo amigo que siempre nos acompaña: el cuerpo humano. Y lo mejor de todo es que, al parecer, todavía no hemos leído todas sus páginas.
¿Y tú? ¿Hace cuánto no escuchas lo que tus pies tienen que decirte?