Es difícil tomar partido a favor o en contra de servicios como Airbnb y Uber, ¿Son competencia desleal? Muy probablemente si. ¿Son el fruto de los cambios tecnológicos y no queda más remedio que adaptarse? Probablemente también. Pero para que esto no sea un buen servicio para muchos pero también una pesadilla para unos pocos, los gobiernos tienen la responsabilidad de poner orden y legislar adelantándose a los tiempos y no, como siempre hacen, “a toro pasado”. Para eso les pagamos y no suelen hacer su trabajo muy bien que digamos.
Un ejemplo, hasta hace poco tiempo, en una localidad canadiense llamada Saskatoon, cualquier evento suponía un considerable aumento de alquiler de habitaciones para un pequeño hotelito en las afueras. Hoy, ese negocio se ha venido abajo. Bien es cierto que el negocio de una familia ahora es una ayuda para varias, pero cuando nos paramos a pensar que el negocio de la primera se ha venido abajo porque no pueden soportar la fiscalidad frente a particulares que no tienen esas obligaciones, se hace inevitable pensar que hay que legislar para que todo el mundo pueda hacer negocio pero en las mismas condiciones, en igualdad de condiciones, y a lo mejor eso pasa por que los estados cedan en su voracidad recaudatoria con los pequeños y se enfrenten de una vez por todas a los grandes.
Sobre esta cuestión nos cuentan más cosas en: Airbnb y Uber, ¿una amenaza para el mercado? – Dinero.com.
